sábado, 23 de agosto de 2014

VELADA LITERARIA MANUEL MILLÁS



El verano de 2014,  dentro de su programa de Fiestas Patronales, se celebró una velada literaria en Macastre* para celebrar el primer centenario de la muerte del escritor Manuel Millàs Casanoves. La numerosa presencia de vecinos en la plaza de la Iglesia, dispuestos a escuchar versos y escenas de su teatro, da la medida de que en la memoria de los macastreños siguen vivos el afecto y el reconocimiento por el creador del sainete Sota, cavall i rei y del libro de poemas costumbristas Pampiroladas

También se descubrió un rótulo con una calle a nombre del escritor 
El acto Cultural  estuvo dividido en dos partes, una tertulia animada por especialistas y una lectura de poesías y escenas teatrales... 

Tuve el placer de colaborar en la lectura de diferentes poesías y rimas de mi bisabuelo.

En este enlace, página de Jaime Millás, podréis encontrar más información y fotos.

Velada Literaria

 

*Macastre fue destino de moda para vacaciones estivales y excursiones entre destacados personajes de la Renaixença. El dramaturgo Escalante dirigió desde este pueblo a su buen amigo Teodor Llorente una sugerente carta en septiembre de 1882, que decía: desde este ameno retiro, desde estas frescas montañas y estos pintorescos sitios, descansando sobre un lecho de romeros y tomillos a la bienhechora sombra de un frondoso y verde pino le escribo a usted la presente, fet com se sol dir, un chicho. 
El célebre patriarca de las letras valencianas, años después, tuvo la oportunidad de organizar una excursión por la comarca de la Hoya de Buñol, acompañado por destacados socios de Lo Rat Penat. La crónica viajera que escribió en Las Provincias el 18 de septiembre de 1901, destacaba que los veraneantes Millás, Ayoldi y Ortiz Sagreras les recibieron afectuosamente en Macastre, y se refería a otros ilustres residentes, algunos ya fallecidos, como Rafael Ferrer i Bignè, Escalante, José Brel y Salustiano Asenjo, que también fueron vecinos habituales del pueblo en los veraneos de años atrás. ¡Con cuanta satisfacción, mezclada de tristeza, oíamos a aquellos campesinos hablar con cariño, como gente de casa, de tan buenos amigos!, escribió Llorente.